JHS-Tríduo a Nossa Senhora do Cristal- Galiza

JHS

 

TRIDUO

A

NUESTRA SENORA DEL CRISTAL

Por Ia senal...

Senor mío, Jesucristo...

ORACIÓN PARA LOS TRES DÍAS

Virgen Santísima, que en tu imagen sagra­da dei Cristal has juntado Ia pequenez dei tamano con Ia grandeza en Ia gloria de tu nombre, en el poder de tus milagros y en Ia devoción y amor de tus hijos; concédenos ser pequenos y humildes, pero grandes en el amor a Dios, en Ia fidelidad a todos nuestros deberes y en Ia devoción a Tí Madre nuestra y madre de Dios, para que después de Ia muerte sea también grande nuestra cielo. Amén.

DÍA PRIMERO _ Virgen Santisíma, que en tu imagen sagrada dei Cristal, soterrada tanto tiempo y luego prodigiosamente descubierta al amor de tus hijos de Vilanova, nos has dado un modelo de Io que en esta vida son Ias pruebas y trabajos dei alma y en Ia muerte ha de ser Ia sepultura primero y Ia resurrección gloriosa después; atiende a nues- tras súplicas para que de Ias tribulaciones de esta vida renazca nuevo fervor en nuestras almas a fin de que también luego nuestros cuerpos, des- hechos un dia en el sepulcro, resuciten Menos de gloria a contemplar tu rostro virginal.

Concédenos también Ia gracia que en este triduo te pedimos, si es para gloria de tu Hijo divino, tuya y bien de nuestras almas.

(Petición).

Tres avemarías a Nuestra Sehora dei Cristal.

Bendita sea tu pureza...

DÍA SEGUNDO. — Virgen Santísima, que para pasmo de los sabios nos has dejado tu sagrada imagen tan maravillosamente estampada en el interior mismo dei cristal, para ensenarnos el poder soberano de Dios y cómo Io emplea Él en vuestra gloria; atiende a nuestras súplicas para que esté síempre limpia Ia imagen de Dios en nuestras almas a fin de que en el cielo sean hechas con Vos reflejo de los resplandores divinos.

Concédenos también Ia gracia...

Tres avemarías...

Bendita sea tu pureza...

DÍATERCERO.—Virgen Santísima, que invo­cada con fe en tu santuario dei Cristal, diste de repente vista a un ciego y agilidad a un baldado de todo el cuerpo; atiende a nuestras súplicas, para que en toda nuestra vida ten- gamos fulgurante en nuestras almas Ia luz de Ia fe y Ia presteza en el camino de los mandamientos